Horno y Molino
La vida cotidiana de las gentes, sus quehaceres diarios, sus costumbres, sus estructuras sociales, la filosofía popular… constituyen elementos esenciales para conocer a un pueblo.
Una de las primeras tareas de una mujer andalusí al empezar el día consistía en amasar el pan, alimento básico de la época. Una vez elaborada la masa, la cubría con una servilleta para que el mozo de la tahona la llevara al horno. El panadero se quedaría a cambio con unos panecillos que después vendía a los jornaleros del zoco.
En las medinas y arrabales andalusíes solía encontrarse el horno público o furn, donde además de cocerse el pan también se terminaban de hornear otras comidas ya pre elaboradas en las casas.
Para producir la harina los andalusíes emplearon los molinos hidráulicos, casi siempre ubicados a las orillas de los ríos. De ellos han quedado varios vestigios como el molino de la Albolafia en Córdoba. Este molino, de origen romano, luego se convertiría en noria para poder trasladar el agua hasta las dependencias califales.
El papel histórico del Molino Noria de la Albolafia es muy importante, ya que los andalusíes lo utilizaron también para la fabricación del papel una de las industrias más potentes de la época. Con este molino, Córdoba se convirtió en el primer lugar de Europa donde se fabricaba papel, que hasta el momento lo importaban de China.