Casa Hispano-Musulmana
Desde el punto de vista constructivo, la casa hispanomusulmana no contaba con un diseño tipo. Esto puede deberse a la heterogeneidad de los pueblos invasores. De hecho, los árabes en la mayoría de los casos iban adoptando las técnicas y modelos constructivos de los pueblos invadidos.
Pero lo que sí permanece invariable en este tipo de vivienda son dos principios sociales básicos: el concepto de la vivienda como lugar de protección y donde primaba la intimidad, y la separación de la mujer en dependencias distintas a las del resto de la familia.
Una típica casa -dar- consistía en un conjunto de habitaciones que forman la vivienda familiar. Para los moradores, era su refugio, su fortaleza; nunca tenía ventanas hacia el exterior. Los exteriores los protegían con unos muros romanos de hormigón con encofrado de madera, procedimiento muy utilizado en la península ibérica.
La tipología de una vivienda clásica era la de un patio central rodeado de habitaciones siguiendo el esquema de la casa romana. A este patio daban todas las ventanas de las habitaciones, la vivienda árabe nunca se abría directamente a la calle, basándose en ese secretismo.
La mayoría de las casas árabes eran de escasas dimensiones pero siempre debían estar preparadas para posibles ampliaciones. El acceso era a través de un pasadizo desde el adarve, con el fin de ocultar a la mirada del transeúnte el modo de vivir de los habitantes. Éste desembocaba en el patio que podía tener varios pórticos o galerías de columnas o pilares. En este patio, la mayoría de ellas tenían un estanque o alberca con pozo o aljibe.