Puertas de la Ciudad
Las puertas de la ciudad – bad – cumplían dos funciones. Por un lado ser la entrada a modo de control de aduanas como lo concebimos hoy en día. Por otro, cumplían una función fiscal pues en ellas se cobraban impuestos por las mercancías que introducían en la ciudad, y a veces también para las que salían.
Las puertas se cerraban de noche quedando la ciudad incomunicada con el exterior. En caso de asedio se tendía a tapiarlas, dejando practicable sólo una. También era costumbre que las hojas de las puertas las forrasen con chapas de hierro clavadas con el fin de evitar su incendio por el enemigo.
Por lo general, las distintas puertas dispuestas en todo el perímetro del recinto amurallado – medina – se unían a través de las vías más principales de la ciudad.
El número de puertas está en consonancia con la importancia de la ciudad. Son la parte más vulnerable del sistema defensivo, por lo que es constante la búsqueda de elementos o artilugios defensivos.
El visitante accede a otro mundo muy alejado en el tiempo, un mundo de otra época.