Baños
El baño o hamman es un elemento indispensable en el urbanismo andalusí.
En el Islam existe una especial preocupación por la higiene, entre otras cosas por la exigencia de la ablución que conlleva el rito religioso. El aseo del cuerpo es un precepto religioso que los musulmanes deben ejercer antes de las cinco oraciones diarias: plegarias que van precedidas por las abluciones.
En la Córdoba andalusí las abluciones menores se realizaban en las fuentes o en pabellones cercanos a las mezquitas, la ablución mayor se practicaba en el hammam; baño público que solía ubicarse en las inmediaciones de la mezquita.
En algunas ciudades existían varios baños. En el siglo X, Córdoba llegó a contar entre 300 y 3.000 baños públicos y privados.
Los baños tenían diferenciadas las zonas de hombres y de mujeres. Cuando las dimensiones no permitían esta división, se establecían horas determinadas para cada sexo, o bien distintos días de la semana.
El hammam heredó la estructura de las termas romanas convirtiéndose también en espacio de reunión social y de descanso.
El hamman podría considerarse como un auténtico salón de belleza o spa de hoy en día. Nada más entrar en el recinto, el cliente accedía al vestuario hasta ser recibido por un mozo que guardaba la ropa, vendía jabón o alquilaba toallas y zuecos.
En la sala de agua fría el bañista se enjuagaba en las pilas. Allí reposaba y conversaba mientras el barbero le cortaba el cabello o la barba. Luego pasaba a la sala de agua templada; el espacio mejor decorado y de mayores dimensiones del hammam. Con el fin de abrir los poros por medio de la sudoración, el cliente terminaba su ritual en la sala de agua caliente. Allí era atendido por mozos de baño que lo enjabonaban y aclaraban con cubos de agua casi hirviendo. Esta sala estaba junto al aljibe que adquiría elevadas temperaturas gracias a un sistema de calderas subterráneas, avivadas con leña y estiércol.
Los techos de los baños solían hacerse con bóvedas en las que había múltiples y pequeños tragaluces, a veces en forma de estrellas con cristal de colores para dar la sensación de firmamento.
Ciudad Al-ManSur tienen su propio hamman que los visitantes podrán disfrutar como entonces, recibir relajantes masajes y ser untados con aceites perfumados.